Nos pasamos la vida intentando ser felices, intentando encontrar eso que nos hará dichosos, que nos llevará más allá en nuestros sueños, intentamos que todo salga según lo previsto, que nada se tuerza, que las pesadillas se queden en sólo eso, pesadillas, que cuando despertemos nos sintamos libres al comprobar que todo sigue igual, nuestra cama, nuestra mesilla repleta de libros y de recortes, esa persiana a medio bajar que dejamos por la noche con el propósito de observar la luna mientras Morfeo hace acto de presencia.
Intentamos que la gente que nos rodea siga aquí, que nada los dañe, que nada les haga sufrir, su dolor es el nuestro, sus alegrías son las nuestras y sus sueños los compartimos día a día con ellos.
Oímos música constantemente para poblar esa soledad que a veces aparece sin más y que lo único que nos causa cuando se va es, más fuerza para seguir adelante.
Pedimos y pedimos, cuando en realidad tenemos mucho más de lo que necesitamos, nos agobiamos por cosas superfluas, que no tienen ninguna importancia, y nos olvidamos de lo realmente valioso, nuestra vida, nuestro entorno, ese que nos acompaña día a día y que no deja que tropecemos, ese entorno que nos levanta sin pedírselo, que hace que todo, tenga sentido, esas miradas que lo dicen todo sin necesidad de palabras, esos abrazos que te inundan de todo lo bueno que debe tener esto que llaman vida.
Vivamos pues, pero hagámoslo bien, sin prepararlo, con sorpresas, con amigos y con una buena canción que lo diga todo con su melodía.
MIMI……………………………………………………………………………………………………………..
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